En el siguiente artículo profundizaremos sobre la importancia del deporte y por qué es tu mejor medicamento.

1. La evolución del ejercicio como medicamento

El médico en el siglo XX, utilizaba para la terapia y curar muchas enfermedades recetar el mejor medicamento y además te prescribía no realizar esfuerzos ni actividad física, usualmente también dependiendo de la enfermedad te obligaba a permanecer en la cama. En los últimos años se ha desarrollado entre médicos de todo el mundo y de todo tipo de especialidades una aceptación de considerar la práctica de actividad física y el ejercicio físico, no como un consejo que se da a un enfermo, como se le aconseja no fumar o no beber en exceso, sino como una prescripción con un alto valor terapéutico que actúa como un complemento del medicamento recetado.

Han tenido que pasar muchos años y muchas experiencias, investigaciones y estudios médicos para que entre los protocolos utilizados por los médicos para curar y mejorar enfermedades, se diera importancia al ejercicio físico.

2. Experiencia personal

No tengo que buscar investigaciones científicas que avalen tal afirmación, ni mejores ejemplos que el mío propio. Llevo toda la vida realizando ejercicio físico de variable intensidad y volumen, épocas de mucha actividad física e incluso de alta intensidad y en otros años de menos volumen de trabajo y de intensidad, pero con una continuidad constante.  Puedo indicar con claridad que el deporte y el ejercicio ha sido durante toda mi vida un referente utilizado de forma constante, el ejercicio es para mí una forma de vivir y se ha alojado fuertemente como hábito saludable de vida. En la actualidad con 70 años continuo realizando ejercicio a diario, lógicamente, de una manera más moderada, utilizo la bici a diario al menos una hora al día y ando más de tres horas jugando al golf por las mañanas, y los días que no lo hago me encuentro peor. He superado enfermedades duras con relativa prontitud y me siento todavía muy joven. Perdonar mi arrogancia o petulancia pero es tal y como lo cuento, mi sentir se acerca a emparejar mi forma de vivir activa con la prontitud que supero las enfermedades cotidianas y también  mi aspecto lozano.

 

El fundamento de éste cambio se produce al considerar al organismo humano pura química, la actividad física y el ejercicio, produce también en nuestro cuerpo reacciones químicas, por lo tanto, el ejercicio adecuado y moderado, puede prevenir ciertas enfermedades e incluso ayudar junto con el medicamento a curar. El mejor medicamento lo tenemos en el ejercicio físico.

 

Para realizar ejercicio es imprescindible la contracción de los músculos esqueléticos que mueven las palancas de los huesos y producen el movimiento, el organismo mediante el corazón manda el torrente de sangre a todos los órganos y además, libera al mismo tiempo cientos de sustancias a la sangre, denominadas mioquinas, que viajan por ella hasta llegar a otros tejidos muy rápido (intestino, corazón, grasa o cerebro, entre otros) donde tienen efectos beneficiosos antiinflamatorios o antihistamínicos o reparadores simplemente: es decir, que son fármacos en potencia.

3. Personalización del ejercicio como tu mejor medicamento

Los beneficios del ejercicio sobre la salud y su impacto tanto en la prevención como el tratamiento de enfermedades de la civilización no transmisibles del siglo XXI son variados. De hecho, cada vez más sociedades científicas consideran al ejercicio como una verdadera medicina por sus efectos positivos en la gran mayoría de órganos y sistemas.

 

Se ha observado que la respuesta de cada persona a los efectos del ejercicio es muy variable, y hay personas que responden mejor que otras al ejercicio. Existe, por tanto, la necesidad de individualizar los componentes y el tipo de ejercicio a las características de cada persona para maximizar sus beneficios

4. Conclusiones sobre tu mejor medicamento

El soporte de más valor del ejercicio lo encontramos en la ganancia de salud, su origen comienza en el rechazo al sedentarismo y sus consecuencias negativas para el organismo; proponemos lo contrario, realizar alguna manifestación de actividad física que promueva una vida activa. La actividad física contribuye al bienestar psicoorgánico de la persona, prolonga y mejora la vida y su calidad así como aleja el riesgo de enfermedades del corazón (coronarias).

Es evidente y constatable por todas las asociaciones médicas y físicas la correlación positiva entre la actividad física y la ganancia de un estado mayor de bienestar psicoorgànico para la persona activa y al mismo tiempo, ayuda a reducir el riesgo de enfermedades coronarias aumentando la esperanza de vida.

El ejercicio, en definitiva, juega un papel fundamental, en la prevención y en la promoción de salud, especialmente en las enfermedades incapacitantes/degenerativas como el sedentarismo, la obesidad, la diabetes tipo 2, la hipertensión, osteoporosis, cardiovasculares, la osteoporosis o algunos tipos de cáncer.

Categoría Salud

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