La puesta en marcha del motor físico y de las habilidades demostradas por el juego del equipo durante el primer periodo de competición de un campeonato regular, después de veinte días de descanso que además coincide con las Navidades, es el calvario al que se enfrentan los técnicos y deportistas en los deportes de equipos hasta volver a adquirir el estado de forma anterior.

1. El doble filo del descanso

Los deportes de equipo soportan un periodo de competición largo, dividido en dos periodos competitivos, con partidos todas las semanas muy exigentes y con vacaciones en el medio de los dos periodos. La vuelta al entrenamiento para afrontar el segundo periodo competitivo entraña dificultades generales e intangibles a las que hay que enfrentarse y superarlas para recuperar el estado de forma y el juego que han ofrecido los jugadores y el conjunto en la primera vuelta o periodo.

No hay que olvidar, además, la obligada y preferente necesidad de los jugadores de desconectar mentalmente de las tensiones psicológicas y altas prestaciones físicas a las que han estado obligados por la competición. El parón de la competición por descanso es un periodo anárquico para los jugadores, cada uno vuelve a su casa necesitan descansar, socializar con la familia y amigos, se encuentran fuera de la disciplina del equipo y a veces, te abandonas vagueando en demasía, incurriendo incluso en hábitos desaconsejados para deportistas que ocasionan un retroceso físico acusado y una pérdida de forma fulgurante.

Los jugadores son cada vez más conscientes y profesionales, adoptan el compromiso personal de convertir los periodos de descanso en “descanso activo”, con el propósito inicial de cumplir con un plan de ejercitación y de alimentación adecuado para no volver con exceso de peso y muy alejado de la forma competitiva. Aunque hay que considerar que un paso atrás, en determinados momentos, es necesario para seguidamente trabajar y evolucionar con impulso dos pasos adelante.

2. Segunda pretemporada

De cualquier manera, es un momento delicado de la temporada que afrontan los equipos, el procedimiento que los preparadores físicos prefieren para comenzar el segundo periodo de competición, es iniciar una segunda Pretemporada de invierno, donde se aumentan volúmenes de trabajo, se reduce un poco la intensidad de los esfuerzos y nos sirve para volver a cargar con buen combustible las pilas y la energía del cuerpo y mente para afrontar con capacidad el segundo periodo de competición, que no hay que olvidar es trascendente para cumplir la expectativas fijadas al principio de la temporada.

No tengo la menor duda, por lo que he observado en éste periodo del comienzo competitivo durante el mes de enero y principios de febrero, el ID Energy Caserío Ciudad Real, su preparador físico Javier Ortiz junto a los jugadores, de la mano templada de Santi Urdiales han coordinado sus responsabilidades, esfuerzos y el compromiso para afinar lo antes posible la adaptación que necesita el cuerpo físico hasta recobrar el nuevo estado de forma.

Sin embargo, los deportes se topan con muchos intangibles, ajenos al entrenamiento, que no se pueden predecir ni controlar pero que afectan al juego del equipo. Hablo de la cruz que suponen las lesiones y enfermedades de los jugadores. Estos hechos fortuitos e inseparables de los deportes influyen negativamente en el rendimiento deportivo de los equipos. Tenemos que acostumbrarnos a convivir con las lesiones y enfermedades junto a las consecuencias que acarrean, aunque cuando las superamos, de nuevo el conjunto aumenta su valor.

3. La experiencia del ID Energy Caserío

Nuestro equipo amarillo ha podido comprobar en su propia piel las incidencias, dificultades y las consecuencias que producen las lesiones y enfermedades.

A las bajas de larga duración de Nico Barceló y Nicolás Ayucar que arrastramos casi desde el inicio de temporada, se unió Canepa con inflamación de abductores y Palacios con elongación muscular y fuerte golpe en uno de los costados de su espalda; el tobillo y hombro maltrecho de Augusto junto al esguince en el tobillo de Juan Lumbreras nos dejó sin defensas centrales; todo este elenco de jugadores lesionados produjo el impedimento de recambios y rotaciones en los jugadores de primera línea de ataque y en la defensa por la zona central, difícil de recomponer. El mes de enero y parte de febrero ha sido un tiempo difícil para el equipo, justamente en el inicio después del periodo de descanso se unió las lesiones, el juego bajó muchos enteros, cometiendo mayor número de errores en ataque y con un juego colectivo de ataque y defensa debilitado, no había forma de realizar rotaciones para cerrar la hemorragia del mal juego.

3.1. Partidos de alta exigencia

Las consecuencias en formas de derrotas pronto se hicieron notar al enfrentarnos a equipos con poderío como Ibiza y el Cisne de Pontevedra, sin embargo, el equipo amarillo siguió esforzándose y reaccionó sobreponiéndose a estos momentos difíciles, sacó fuerzas de flaquezas y sin jugar como lo venía haciendo, se ganó a Mallorca, Agustinos y Horneo de Alicante, ganó los puntos en juego, toda una proeza llevada de la mano de sus individualidades, destacando en estos momentos la labor de los porteros Giovagnola y Óscar.

En estos periodos errantes que atraviesan todos los equipos, incluidos el Caserío, siempre aparecen aspectos positivos que ayudan al progreso del propio equipo, en nuestro caso, jugadores como Víctor, Martin Santano, Adrián, Paquillo, Rodrigo, el Pato Álvarez, apoyados por la veteranía de Ángel Pérez y la fogosidad impetuosa con la que juega los partidos José Andrés, se colgaron al equipo a sus espaldas, supliendo y cubriendo las bajas con firmeza y entereza.

3.2. Vuelta a la dinámica

La confianza que les ha dado el entrenador ha sido asumida por todos y ha permitido poco a poco al Caserío recuperar el carácter y personalidad que le significan. El valor del equipo no cabe duda que se ha visto aumentado y fortalecido, explotando como una nebulosa en los partidos de “Los Dólmenes y el Valladolid” que ha supuesto el resurgir o la resurrección de nuevo del Caserío Ciudad Real.

En los dos partidos se ha vuelto a recuperar las emociones, sentimientos y gran nivel de juego que el conjunto de Ciudad Real transmite a sus aficionados. En un Quijote Arena repleto de espectadores como hacía años que no se veía, los jugadores se profesaron a sí mismos y el conjunto recuperó el resplandor amarillo que con tanto orgullo pasea domingo tras domingo por nuestra capital y por todas las provincias de España.

4. Recta final

El equipo se encuentra en la recta final de la competición regular es el momentos de acompañarlo y estar con ellos, solo lo podemos lograr si acudimos a darles nuestro aliento en el pabellón.

El ID Energy Ciudad Real trasporta con humildad pero con mucha pasión y fortaleza el nombre de ésta ciudad que pretende con entusiasmo volver a ser imagen de una tierra que durante muchos años ha demostrado pertenecer a la elite del Balonmano español.

De nuevo el ID Energy Caserío se encuentra en la misma situación donde su homologo y hermano el Caserío Vigón inició el camino en el año 1992, en aquellos instantes toda la ciudad se volcó con su equipo llenando a rebosar el Pabellón Puerta Santa María, aficionados, familiares, vecinos, amigos, allegados, asociaciones, la Provincia, empresarios, las dos Corporaciones se unieron para apoyar incondicionalmente y el equipo respondió y la ciudad se llenó de orgullo y evoluciono hacia la modernidad de los nuevos tiempos que surgieron en un futuro próximo.

No desaprovechemos el momento deportivo que le toca vivir al Caserío y la Ciudad.

De nuevo os anuncio: “Caserío nunca caminareis solos queremos andar el camino con vosotros”.

Categoría Actualidad, Balonmano
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2 comentarios en "El calvario de la vuelta a la competición"

  1. Ojalá los éxitos del Caserío Vigón de entonces, que sentaron las bases del balonmano de élite en Ciudad Real, gracias a tu docta dirección, tengan reflejo en la actualidad y se vuelvan a rememorar en la ciudad.

    Luis Felipe Lucio

  2. Todo un lujo leer sus conocimientos y experiencias. Deseando seguir aprendiendo con usted.

    Jose Andrés Torrres Cabral

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